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Costumbres
étnicos |
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Arquitectura |
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Jiuzhaigou (valle de nueve-aldeas) se nombra después de nueve
aldeas tibetanas que se sienten rodeado por las monta?as verdes,
siglo-viejo y pacífico. En el colorante cultural y regional,
la arquitectura de una nacionalidad representa siempre su
ambiente y maneras vivos de la vida y de los hábitos. En una
altitud de 2.500 metros, Jiuzhaigou está situado en la zona
templada fresca, ningún frío que congela en invierno y ni
sudando calor en verano. Aquí los materiales de construcción
son en gran parte de madera. |
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Edificios de madera
de la aldea tibetana |
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Es
un hábito tibetano para tener tres pisos: la planta para los
ganados (algunos tienen una cabina subterránea) o para almacenar
las patatas y los nabos; el piso medio para vivir, el altar
y los artículos importantes de la familia; el piso superior
para almacenar granos, los forrajes, y las herramientas de madera
de la granja. Pues la vida se mejoró en a?os recientes, la cohabitación
de seres humanos y de ganados es no más larga en la manera,
siendo substituido por los edificios de dos pisos, por instalaciones
mucho mejores del saneamiento.
Las casas de Jiuzhaigou se equipan agradable. Antes de
la terminación de la casa, el due?o invitará a un pintor que dibuje cuadros en
las paredes, los marcos de puerta, y las vigas. Las pinturas del cuadro santo
significan una vida de familia pacífica y segura. Cada casa tiene una rueda que
da vuelta y un altar de familia/Buda. Temprano por la ma?ana, el ama de casa
se levanta, se lava la cara y la mano, después se quema los palillos de los joss
en el altar, y finalmente da vuelta a la rueda de escritura- toda para bendecir
a la familia a la vida por siempre propicia.
Las casas tibetanas de Jiuzhaigou se centran en sus cocinas.
Un altar de Buda se coloca en un soporte que también sirva como gabinete y para
almacenar artículos atesorados en familia y los instrumentos religiosos. El hogar
separa la casa en el centro en la entrada en la izquierda que está para los huéspedes
de la se?ora, los extremos derechos y delanteros para los huéspedes de los caballeros.
La tradición es que los hombres y las mujeres tienen que sentarse en filas
separadas, si no, es irrespetuoso creído al anfitrión. Pues la edad es otro
factor para arreglar asientos, la gente vieja se sienta en la fila más adelante. |
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